Su objetivo es promover el desarrollo sostenible de las zonas litorales, a través de la exigencia de unos estándares elevados en la calidad de las aguas de baño, la seguridad, la gestión ambiental y la información y educación para la sostenibilidad.
Por tanto, la presencia de una bandera azul en una playa, explican desde la organización, «reconoce y estimula el esfuerzo de algunas comunidades locales por conseguir que dicha playa cumpla determinados criterios de legalidad, accesibilidad, sanidad, limpieza y seguridad, así como que cuente con una información y gestión ambiental adecuadas».
Las distinciones, en cuya celebración colabora también la Fundación para la Educación Ambiental (FEE), reconocen asimismo proyectos piloto e iniciativas en materia de salvamento, socorrismo, primeros auxilios, información ambiental y accesibilidad; y, en este marco, la Fundación Biodiversidad apoya las acciones de formación ambiental de técnicos municipales y gestores de playas, además del desarrollo de senderos litorales sostenibles.